El ransomware es una práctica que utilizan los hackers para restringir el acceso de los usuarios al sistema para posteriormente exigir un pago para restablecer el acceso. Este tipo de ataques está creciendo exponencialmente.
Durante los últimos dos años se han contabilizado más de 80 mil ataques. Los expertos confirman que más del 65% por cierto de las víctimas (todas ellas empresas), sufrieron una pérdida grave de datos o no consiguieron volver a ingresar a sus sistemas. Sin embargo, pueden tomarse ciertas medidas para prevenir este tipo de agresiones informáticas. Los líderes del sector recomiendan:
- Contar con una estructura clara en el orden de los archivos y datos digitales. De este modo se agilizará el proceso en una etapa crítica del ataque.
- Mantener una actualización constante de los softwares y aplicaciones que estén siendo utilizadas por el sistema.
- Crear una copia de seguridad de todos los datos de forma diaria.
- Almacenar la copia de seguridad en un local externo y seguro.
- Segmentación: Es importante situar nuestros datos en diferentes grupos de archi-vos y no unificar el almacenamiento de todos ellos en uno único.
- Formar y entrenar a nuestro equipo profesional en materia de seguridad cibernética.
- Establecer un código estratégico de actuación para el momento en que un virus se adentre en la red de la empresa.
- Prever la situación y pensar qué decisión se tomaría en caso de ataque: Pagar un rescate o iniciar una investigación.
- Analizar las posibles amenazas con los posibles proveedores del negocio.
- Formación del equipo humano para afrontar posibles vulnerabilidades de nuestro sistema.
Este decálogo, si bien no evita que se produzcan ataques, sí que reduce el riesgo o facilita la gestión de este tipo de problemas dentro de la empresa. Sobre todo el conocimiento y la buena planificación extendidos a todas las dimensiones del negocio (estrategia, equipo humano y herramientas digitales) pueden convertirse en la mejor forma de protección de datos.