Los problemas en materia de ciberseguridad cada vez se están convirtiendo en algo más habitual. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las propias víctimas son las que de una manera u otra, abren la puerta a estos delincuentes virtuales.
La gran mayoría de los ciberataques se produce a través de lo que conocemos como phishing. Se trata de un sistema que permite robar identidades a través de correo electrónico. Es a través del e-mail como los delincuentes logran obtener el acceso a la información personal de sus víctimas. Numerosos especialistas en materia de seguridad concluyen que la red es totalmente segura y que la responsabilidad está en las personas.
¿Cuál es la solución a este tipo de problemas? Según se comenta, la solución más viable es la activación de lo que conocemos como firewall humano que se basa en la concienciación y la formación de los usuarios para que aprendan a mantenerse a salvo de todas aquellas amenazas presentes en el mundo digital. Algunas de las prácticas que deben instaurarse como hábitos en la comunidad de usuarios digitales son la revisión de emails que reciben, así como la revisión de licencias de los programas y softwares que utilizan para evitar la posible aparición de virus informáticos.
Lo cierto es que este tipo de ataques cada vez resultan más comunes y han ido afectando a todo tipo de instituciones y empresas: tanto públicas como privadas. El objetivo de todos estos ataques suele seguir una misma dinámica: El robo de información para generar daños económicos o de cualquier otro tipo sobre sus víctimas. Se trata pues, de un problema que azota a todos los rincones del mundo y de tipo creciente. ¿Las objetivos? Todas aquellas personas vulnerables que tienen falta de formación o conocimientos sobre el entorno digital y la ciberseguridad.