La encuesta CIO es un referente en el mundo de las TIC y la última (2018) analizó a las empresas encuestadas en materia de ciberseguridad tomando como referencia el gasto anual en seguridad cibernética con hasta 46.000 millones de dólares.
En ella se resuelve que más del 20% de los encuestados están dando una mayor prioridad a optimizar sus recursos en materia de seguridad al mismo tiempo que los ataques se multiplican como nunca antes en la historia de las TIC. La prevención junto con la mejora en la gestión de las incidencias también han adquirido mayor visibilidad dentro de los presupuestos generales de las empresas encuestadas y los directivos de éstas. Sin embargo, los datos no resultan demasiado esperanzadores si tenemos en cuenta que cerca del 40% de las empresas encuestadas afirma que no cumplirá con la Regulación General de Protección de Datos durante la primera mitad del próximo año.
Por otro lado, los niveles de alerta se han disparado en un 71% en relación con la edición anterior con un 77% de empresas preocupadas por la situación. De todos los directivos encuestados, sólo un 22% de ellos asegura estar bien preparado para hacer frente a cualquier brecha o amenaza cibernética. Las posibilidades que proporcionan las tecnologías de la información para generar ingresos son exponenciales, sin embargo, hoy el gran reto (y al mismo tiempo la cabeza de turco) es la confianza. Con la constante regulación en materia de protección de datos, las empresas se encuentran con medidas cada vez más restrictivas a la hora de captar clientes ya que chocan directamente con las necesidades de privacidad y seguridad. Por ello, la rentabilidad final de una empresa está estrictamente relacionada con su capacidad para crear un equilibrio efectivo entre la generación de confianza y al mismo tiempo mantener la seguridad cibernética. Según Kpmg, aquellas empresas que creen este equilibrio de una forma más efectiva, tendrán un 38% más de posibilidad de generar mayor rentabilidad que sus competidores.